El AMB trabaja para favorecer la construcción de edificios más sostenibles y saludables en los cuales predomine la madera, puesto que es un material que permite reducir la huella ecológica. De hecho, por cada metro cúbico de madera utilizada se evita la emisión a la atmósfera de aproximadamente una tonelada de dióxido de carbono. “Nuestra estrategia responde a la voluntad de fomentar la utilización de la madera en todas nuestras actuaciones, como por ejemplo en la construcción de viviendas, y crear una demanda que sea asumible con madera local. De hecho, el 75% de los bosques metropolitanos generan madera susceptible de ser utilizada con estos objetivos. Trabajamos para que la madera del área metropolitana, de acuerdo con sus características, sea apta para la construcción”, señala Farrero.
La construcción pionera con madera de la AMB es el edificio PISA, situado en Cornellà de Llobregat y que consta de 85 viviendas de protección oficial. El proyecto ha recibido numerosos galardones arquitectónicos nacionales e internacionales a la innovación, así como por el hecho de incluir la madera como elemento predominante. Con este aval, ahora, el AMB construye tres edificios nuevos hechos con estructura de madera: el Archivo Municipal de Ripollet, la guardería El Pequeño Mamut de Sant Vicenç dels Horts, y la ampliación del instituto de Tiana. Así, todas estas construcciones tienen en común la innovación, la sostenibilidad, la contribución a la descarbonización, la regulación térmica y el impulso al producto de kilómetro cero.