El año 2022, uno de los más calurosos y secos de la serie histórica, fue un año difícil para España con los incendios forestales. Se estima que el 40% de la superficie forestal quemada a Europa correspondió en España, destacando el infierno desatado en junio en la Sierra de la Culebra, Zamora.
Los bosques desarrollan funciones claves para la vida en la Tierra: reducen las emisiones de gases de efecto invernadero actuando como fijadores de carbono y son hogar de muchas especies animales y vegetales, configurando ecosistemas muy ricos que proporcionan alimentos, recursos, materiales e incluso medicinas. La pérdida de estas masas forestales, o su sustitución progresiva por otras especies invasoras o menos diversas, tienen consecuencias a escala ambiental, económico y social.
Las formas más populares para paliar esta problemática son la reforestación directa, es decir, plantar árboles directamente en los suelos degradados, o la reforestación con semillas, que consiste a sembrar estos suelos, una técnica más económica que la plantación de árboles, pero que requiere un mayor esfuerzo de mantenimiento.
Sin embargo, la reforestación no acaba aquí. Hay más medidas respetuosas con los árboles que van más allá de plantarlos. En este artículo veremos cinco estrategias que podemos aplicar de manera sencilla en nuestra vida diaria.