"Estas áreas son las que están peor, pero al resto del país la situación no es mucho mejor", ha puntualizado. Sanitjas ha explicado que después de tres años prácticamente sin lluvias los bosques catalanes, exceptuando los de las Tierras del Ebro, están en una situación crítica y que grandes masas de bosque están entrando en colapso, el que supone un peligro para la seguridad de las personas y por el riesgo de incendio.
Objetivo: minimizar los efectos de la sequía en los bosques
Efectivos del Grupo Especial de Prevención de Incendios Forestales (GEPIF) han trabajado este miércoles en un terreno boscoso a tocar del cementerio de Sant Climent de Llobregat (Baix Llobregat) afectado por la sequía y que se ha perimetrat como zona de protección prioritaria por el riesgo que pueda quemar de forma continua.
La actuación ha consistido al talar los árboles muertos, para garantizar la seguridad de los usuarios del bosque, y desmenuzar las ramas para minimizar el riesgo de incendios. Sanitjas ha explicado que estos trabajos se están haciendo en muchos puntos del país y que se enmarcan en el conjunto de acciones que se han puesto en marcha para minimizar los efectos de la sequía en los bosques del país. "Con la sequía estamos actuando cómo en cualquier otra emergencia que se pueda dar", ha remachado.
La directora general de Bosques y Gestión del Medio ha explicado que el año pasado ya detectaron que empezaron a morir los árboles más débiles, pero que este año son grandes masas forestales, especialmente en el Garraf, que están colapsando por falta de agua. Aquí, por ejemplo, ha añadido que en los últimos meses ya han detectado que ejemplares de pino carrasco, especie muy resistente a la sequía, también están muriendo.